La falta de ganas de vivir no basta
para tener ganas de morir.
Michel Houellebecq.
Nada es lo mismo desde que todo es
igual.
Porque hay contiendas que empiezan
para no acabar. En la medida en que
se enquistan,
dejan de existir: el conflicto entra
en bucle,
la repetición deja de ser noticia y
los días
van cerrando un círculo perfecto
alrededor
de sí mismos, dibujando un tiempo
definitivamente
clausurado, un mundo en el que
“mañana”,
en toda su magnífica e inútil
extensión,
ya no significa nada; en el que tú
mismo,
si alguien te preguntara quién eres,
contestarías,
como Ulises a Polifemo: mi nombre es
nadie.
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