¿Qué extraña cosa es ésta
que comienza en un ángulo del
pensamiento
y ya nunca te la puedes quitar de la
cabeza?
¿El qué? No sabes. Su certidumbre
se sustenta en la sombra descomunal
de lo invisible,
mientras va aumentando un rumor de
fondo,
crecientemente ensordecedor,
cuyos tentáculos llegan a cualquier
rincón de la mente.
Porque lo desconocido no se limita
a hallarse recluido en su propio
reducto,
siempre etéreo, con la desproporción
de lo intangible,
extiende su vacío, inoculando
una inquietud sin nombre, un frío
frente al que nada pueden hacer
el fuego de las chimeneas ni el
espesor de los abrigos.
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