martes, 28 de julio de 2020

Seguir viéndonos cada día



Como los ríos que corren hacia el mar
sin poder nunca colmarlo,
es extrañamente hermoso todavía
esta amistad de siempre,
felices de no tener que desear
otra cosa que seguir viéndonos cada día.
No por repetido, el milagro
de querernos deja de ser milagro,
un continuo fervor de luz,
una constante llamada a la belleza de la vida.
 
 

martes, 21 de julio de 2020

La escucha



El silencio
es el preámbulo de una verdad
inasequible a la razón;
misteriosamente,
sólo llega en ausencia de pensamiento,
oculta en la soledad
absoluta de la escucha.
 
 

martes, 14 de julio de 2020

El gran silencio del mundo



Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan.
Alejandra Pizarnik.

Explorar los límites del lenguaje
para entender
que el lenguaje no conoce otro horizonte
que el silencio.
Siempre es lo mismo:
una sucesión de palabras
que se incendian y se apagan.
Se extinguen así,
como el ascua de ningún fuego,
incapaces de ahogar
el gran silencio del mundo.
 
 

martes, 7 de julio de 2020

El rostro del no-rostro



Ahí estaba,
está,
estará
siempre.
¿El qué?
No sabes…
Algo ignoto,
oculto,
pero más real
que cualquier evidencia.
 
 

martes, 30 de junio de 2020

Desde la noche sin fin



Desde la noche sin fin,
una súbita presencia,
siempre velada por la misma bruma,
crece, invade las calles
ocupando todos sus rincones,
cercando nuestras casas,
negando la existencia de otros seres
y de ulteriores paisajes.
Miremos donde miremos
allí están sus ojos,
y no los podemos ver.
 
 

martes, 23 de junio de 2020

Te pareces al viento



Ya no hay vértigo
ante el horizonte y sus distancias.
Has abierto los ojos
a lo inconmensurable.
No tienes miedo:
eres invulnerable
de tan indefenso.
Te sientes una parte
de la corriente de la vida,
que fluye desde no sabes cuándo
hacia el futuro remoto y desconocido.
El cielo no pesa,
simplemente le perteneces.
Te pareces al viento…
 

 

martes, 16 de junio de 2020

En unas manos vacías



A distinguir me paro,
las voces de los ecos.
Antonio Machado.

No pudiendo tenerlo todo,
no tener nada.
Despojarse hasta del nombre,
empezando entonces
a descifrársenos la vida:
no tener nada
es como tener a Dios:
todo cabe en unas manos vacías.