domingo, 13 de abril de 2025

No hay afanes


 

Y, de repente, no tienes prisa ni miedo.

Hay un sosiego extraño penetrando en tus sentidos,

un horizonte que deja de ser punto de referencia

para convertirse en meta, un lugar

en el que ya no tratas de inventarte a ti mismo

o de luchar por un anhelo. No hay afanes,

es casi vacío, pero un vacío

en el que no falta nada, ni siquiera el poema.