De pronto, Keuschnig había olvidado
lo que pretendía
demostrar y se alegró. Rompió el
papel.
Luego buscó otros papeles que romper.
(El momento de la sensación
verdadera. Peter Handke)
Escribir unos cuantos libros
para dejar constancia del fracaso.
¿Y luego qué? El cielo
es demasiado alto para los más altos
pensamientos.
Las palabras ya no parecen un faro,
sino un enorme vacío que crece día a
día.
Inútil decir más. El silencio
alcanza.