Nada resiste tanto como lo
provisional
(André Maurois)
En qué consiste la belleza de un
instante
sino en su fugacidad,
en la imposibilidad de atrapar su
naturaleza
incesantemente transitoria,
transformada de inmediato por otros
instantes
que fluyen y cambian y desaparecen
en la forma inmóvil de la eternidad.
Porque nada resiste tanto como lo
provisional,
el instante se eterniza, tejiendo
un labrado de sensaciones esfumadas,
de rostros desvanecidos, de sueños
fugitivos
pero infinitos, majestuosamente
inmortales.
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