El pensamiento es eterno, como el
alma,
y la acción es mortal, como el
cuerpo.
Gustave Flaubert.
Hay días en los que a la vida sólo le
pedirías
aburrirte un poco, nada más.
Ni siquiera ser feliz. Sólo un aburrimiento
que te resarza de las constantes y
peligrosas novedades,
del ir de aquí para allá
como buscando el sentido de la
existencia
en el espejismo de hacer cosas,
sin tiempo para pensarla y
trascenderla.
¿Y dónde mejor que desde el colchón
de la cama?
Juan Carlos Onetti, del que su viuda
llegó a decir que “estaba más vivo en
ella
que mucha gente de pie y a pie”,
ya nos advertía que fuera de nosotros
no hay nada.
Por eso él decidió quedarse a vivir
en su cama,
haciendo del aburrimiento una gran
fiesta.
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