martes, 28 de abril de 2020

Una voz en el viento



Y el futuro era un eco del pasado.
Pero ¿qué sucede cuando todo termina
y no es más que el principio?
No se puede encender un fuego
para buscar los límites del invierno.
¿Quién detendrá el frío de un mundo
del que todos los dioses han huido
y en el que todos los lugares son el mismo?
La noche absoluta, la noche sin sueños,
invade los caminos, te abraza
y tú nada tienes que ver con ella.
Imposible abrazar el vacío
y su anchura sin límites.
Sólo eres una voz en el gélido viento.
 
 

martes, 21 de abril de 2020

Y, de repente, no necesitas avanzar más



Mi obra se comprende de dos partes:
de la que aquí aparece,
y de todo aquello que no he escrito.
Y precisamente esta segunda parte
es la más importante.
Ludwig Wittgenstein.

Te diriges al centro de algo
y, de repente, no necesitas avanzar más.
Quizá, acercarse más sólo conduciría
a más distancia. Porque
llegar a un sitio no es nada comparado
con estar a punto de llegar
y quedarse ahí, en ese pálpito o intuición,
en ese oscuro conocer,
confiando todo el caudal de tu saber
al magisterio, a la belleza del misterio.
 
 

martes, 14 de abril de 2020

La almohada en la que duermes



Otro día lleno de palabras,
otro día que declina
y va dejando de ser hoy
para convertirse en ayer,
transformando las ideas
en una nube de sueños
y la cuartilla en la que escribes
en la almohada en la que duermes.
 


martes, 7 de abril de 2020

Un lugar llamado ningún lugar



Cuando yo sueño un árbol
¿será Dios lo que veo?
Ernestina de Champourcin.

Es un modo de estar en el mundo
sin hallarse en él,
un lugar que no aparece en los mapas:
la poesía para soñar
los caminos de lo inefable,
las palabras de lo que no se puede
decir con palabras.
 
 

martes, 31 de marzo de 2020

Doble filo



La ventana es una abertura
de doble filo
a la que te asomas
para ver la vida
y a la que puedes asomarte,
sacando un poco más el cuerpo,
para ver la muerte.
 
 

martes, 24 de marzo de 2020

De pronto



El niño que no mira, tiene los ojos tapados con las manos. Cuenta hasta tres y nadie se ha movido. Vuelve a taparse los ojos y cuenta hasta tres más deprisa, pero nadie se ha movido. Sin embargo, el niño que no mira, cuando mira, ve a los otros niños cada vez más cerca, una y otra vez, hasta que ya casi los tiene encima. 
Ray Loriga.

De pronto,
un cierto frío
nos recuerda
una ausencia
y hay un incendio
en el paisaje
que vuelve ceniza
la luz. Ya
se oye el aullido
de los lobos.
 
 

martes, 17 de marzo de 2020

Esta hermosa ignorancia



A mi amiga Mae.

El grado cero de la existencia.
Iñaki Uriarte.

Como las olas rompen
sin hacerse preguntas, así también tú
dejas de pensar, abandonando
tu conciencia al rumor del mar,
al soplo de su brisa acariciante,
a los destellos del sol que en su superficie,
igual que el oro, brillan en tu alma,
purificándola, dejándola limpia, libre, serena.