Hay algo que te arrastra
y no lo ves,
pero te conduce
al encuentro con lo inesperado.
Es el modo perfecto
de perderte en lo desconocido.
No eres dueño
de tus pasos ni de tus poemas:
cualquier vida
es un tanteo de sí misma.
¿A dónde lleva el viento
estas palabras?