Casi nada alcanza su meta,
sin bien excepcionalmente algo la
rebasa.
André Breton.
En el interior de tu vida
hay otra vida: allí todo es
literatura
y allí nada termina, como si no
quisieras
nunca dejar de estar vivo.
Escribir te abre la puerta a
posibilidades
insospechadas e incluso delirantes,
como la inmortalidad del alma.
Nunca llegarás a conocer
su inacabable extensión:
puntos de fuga al infinito,
en cada poema descubres
nuevos horizontes, insólitos
paisajes,
incesantes ventanas a la eternidad.
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