Hay miedos que, más que tenerlos,
nos tienen a nosotros;
aunque eso significa que uno sigue
vivo,
y eso es casi más de lo que se puede
pedir.
Da igual, sin embargo, estar en
guardia
para lo que acecha continuamente,
a sólo un parpadeo de distancia:
ignoramos desde dónde nos vigila
y cuándo se presentará de forma
imprevista…
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