Amar sin saber a quién
(Lope de Vega)
Esa palabra que, huyendo del
silencio,
busca la manera de ser dicha.
Arrastrados por ella,
todos hemos muerto y resucitado
infinitas veces.
Como el hambre que se devora a sí
mismo
o la sal que revive las heridas,
te salva y acaba contigo.
Que una vez empezada la vida
no admite espera,
que el futuro existe apenas
y lo que parecía un vasto mañana
sabe ahora a historia breve,
a pasado confuso,
a noche creciendo en el cuerpo
mientras contemplamos,
como si fuera un recuerdo,
la casa en que los sueños saben la
verdad.
Y todo se me confunde en un laberinto
donde, conmigo, me extravío de mí.
(Fernando Pessoa)
Como pasos urdiendo un laberinto,
todo aquello que nombras
se marcha apenas nombrarlo,
salvo la certidumbre de que la
felicidad
se encuentra siempre en otro lugar.