Carece de raíces,
habita en el aire,
oscila dulcemente
con el viento,
como los sueños:
su verdadera vida
es la que inventa
en los poemas.
Carece de raíces,
habita en el aire,
oscila dulcemente
con el viento,
como los sueños:
su verdadera vida
es la que inventa
en los poemas.
Es extraño: según escribes,
cada palabra se hace más y más real,
mientras el mundo se vuelve
vagamente lejano, imaginario, falaz;
con cada verso se desdibuja
como si la fábula fuera el mundo
y la ficción, la verdadera realidad.
El cambio que nos desmantela
nos llega siempre cuando estamos
instalados en lo mejor.
El
rey Lear; William Shakespeare.
Esa felicidad
que va sembrando las semillas
de la futura catástrofe;
es demasiado perfecta para ser buena,
inmensa pero devastadora:
tanto que cuando pasa
se mueren las flores.
¿Cómo pasó?
Sin darte cuenta,
sobre todo sin darte cuenta,
se fueron cerrando las puertas
y te quedaste fuera…
¿De dónde?
No llores, no tiembles,
no digas las palabras
que nadie quiere escuchar.
Prefieren el silencio a la verdad:
mirarán para otro lado,
huirán, se alejarán de ti,
no quieren que el miedo les confunda.
Notarás una ausencia, de repente,
creciendo a tu lado.
Sylvia Plath.
Lo mismo que un silencio creciendo
en tus oídos,
una ausencia se hace dueña
de tus ojos.
Como una puerta que se abre
hacia el vacío,
habrás de mirarla
hasta fundirte con ella.
Un mar tempestuoso
zarandea sin lástima un barco de
juguete
atrapado en su mar de olas.
El barco de juguete soy yo,
que bogo en pos de mi naufragio.
Ayer es el puerto desde el que zarpé
y a dónde voy yo no lo sé:
es el mío un navegar sin rumbo,
porque no hay singladura posible
para alcanzar el horizonte
inaccesible
que hay dentro de mí. Desear tanto
sin saber qué desear… Sentirlo todo
y no estar lo sentido en las
palabras…,
caudal de emociones que se desborda,
vida que se extingue dentro de su
propia llama.